Cataluña es comunidad autónoma de España y nacionalidad histórica con una identidad y una lengua propia, con una historia que se remonta al Paleolítico y es visible en yacimientos y cuevas dispersas por todo el territorio, que en el transcurso de los siglos ha sido ocupada por los griegos, los cartagineses, los romanos, los visigodos y los árabes, y ha sido sometida a uniones dinásticas y estrategias políticas de monarcas en lucha por el poder. Episodios que han marcado el carácter de generaciones enteras de catalanes, que nunca se han rendido fácilmente y siempre han luchado con valor para defender su territorio, su cultura y su identidad.

Este carácter fuerte e independiente ha generado una revolución significativa en el mundo del arte y de la arquitectura, que la han dado a conocer en todo el mundo para ser la tierra de origen de grandes maestros como Gaudí, Dalí y Miró, entre otros. Un ejemplo brillante de esta extraordinaria renovación cultural es el modernismo catalán, que en arquitectura alcanzó el apogeo de su esplendor con obras de valor inestimable que se pueden apreciar, especialmente, en la cosmopolita Barcelona.

Pero la arquitectura modernista no es la única característica visible en los centros habitados catalanes; la ocupación romana llevó a la construcción de vías, puentes, acueductos, templos, muros y otras obras notables que la cultura romana dejó como herencia a la región, como el complejo arqueológico de Tarragona, en el que parece retroceder en el tiempo hasta los primeros siglos antes de Cristo, entre emperadores invencibles y colonias de legionarios bien entrenados.
Iglesias, frescos y esculturas monumentales son el claro ejemplo de cómo el arte románico y gótico han aportado a las ciudades un considerable valor histórico y artístico, oscurecido a lo largo de los siglos por la represión social, las guerras y la dictadura del franquismo que marcaron inevitablemente la memoria colectiva de la región.

En los museos se profundizan muchos temas históricos, científicos, artísticos, culturales en general e incluso más específicos como el erotismo o la marihuana. Pero no son la única razón para visitar Cataluña. Una gastronomía variada, entretenidas fiestas populares, playas con aguas transparentes y hermosos paisajes naturales son igualmente estimulantes para descubrir el territorio catalán.
Respirar el olor del mar, el aire fresco de montaña, el efluvio de árboles y flores que dan vida a los parques y jardines en los núcleos urbanos es una sensación placentera que revitaliza el cuerpo humano del viajero ansioso de sosiego durante sus vacaciones.

Es difícil establecer cuáles son las ciudades más bellas de Cataluña, cada una de ellas tiene características históricas, culturales, ambientales, gastronómicas que las hacen únicas y especiales, pero si tuviéramos que recomendar algunas donde el turista pueda viajar atrás en el tiempo y pasear en una antigua provincia romana (lee más sobre Tarragona); o pueda degustar una de las gastronomías más exquisitas de la región que utiliza productos frescos de la tierra y del mar (lee más sobre Girona); o pueda sentirse como un pequeño detalle de una obra maestra gigantesca del gran Gaudí (lee más sobre Barcelona), la elección caería sobre:

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